¿Por qué los bolsillos de las mujeres son tan pequeños? - Girlsplained.
Hola chicuelos,
Bienvenidos a otra edición de Girlsplaining, donde yo -una niña- les explica cosas. No soy una experta en estos conceptos, pero aprendo lo suficientemente rápido para poder explicar lo básico y así puedan tener nuevos temas de conversación.
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¡Volví! No sé a ustedes, pero a mí me hizo mucha falta escribirles. Espero que hayan recibido el año cerca de las personas que aman - ya sea física o emocionalmente.
En mí caso, recibí el año en una provincia argentina que se llama Mendoza. Es conocida por estar cubierta por la cordillera de los Andes y por ser la casa de miles de bodegas de vino. Pasé el viaje con amigos que amo y en contacto con la naturaleza.
El 31 de diciembre, caminamos hasta la base de una montaña que se llama Vallecitos. Ahí las personas suelen acampar para subir a alguno de estos tres cerros: Vallecitos, Rincón, o El Plata, una montaña que tiene 5,956 metros de altura.
Estar al pie de montañas tan prominentes me hizo sentir muy chiquita, pero muy poderosa a la vez.
Al rato bajamos de Vallecitos y fuimos al dique de Potrerillos a recibir el año. Hicimos asado, tomamos vino y recibimos el 2022 en el agua, a la luz de las estrellas y unos cuantos fuegos artificiales. Fue mágico.
Sentirme tan libre y conectada con la naturaleza me hizo sentir poderosa. Entonces, volver el lunes tres de enero a trabajar en una computadora no me hacía tanto sentido. De hecho, me ha costado muchísimo volver a mi ritmo de trabajo habitual. Haberme brincado dos ediciones de esta newsletter son prueba de eso.
Creo que aunque sea difícil volver a empezar, y aunque no necesitemos de un cambio de año para mejorar algunas cosas de nuestras vidas. Ese nuevo número en el calendario es un buen recordatorio de que nada es para siempre y que está en nuestras manos cambiar lo que no nos da alegría.
No importa la edad, siempre somos muy jóvenes para estar en lugares que no nos hacen felices.
Ahora sí. Ya los puse al día con mi vida, es momento de explicarles algo que todas las mujeres del mundo nos preguntamos en algún momento: ¿Por qué los bolsillos en los pantalones de mujeres son tan pequeños?
El problema.
Los bolsillos delanteros de los pantalones de las mujeres son en su mayoría, inútiles. En los últimos años, la industria de la moda ha decidido ponderar lo chic sobre la funcionalidad, pero este problema tiene una raíz arraigada en la desigualdad de género.
Una página web llamada Pudding, midió el tamaño de los bolsillos de 80 pantalones de hombres y mujeres, y llegaron a la conclusión de que, aunque hay marcas que no hacen diferenciación alguna en la medida de los bolsillos, en promedio, los bolsillos de los pantalones de mujeres son “48% más cortos y 6.5% más angostos que los bolsillos de hombres”.
En respuesta a esto, las mujeres suelen perder más cosas, y la industria de carteras tiene un mercado reportado en 2021 de más de 55,000 millones de dólares que aumenta año tras año. Pero las mujeres seguimos ganando, en promedio, 23% menos que los hombres.
Todo el mundo sabe que esto ocurre, y desde hace un par de años, el internet se ha llenado de memes que tocan este tema:
¿Siempre ha sido así?
No, voy con un poco de historia.
La primera aparición de los bolsillos fue alrededor de los años 1500 en sacos y pantalones de vestir. En 1600, era común para las mujeres usar una especie de bolsa debajo de las faldas y vestidos para cargar sus objetos personales. Esta bolsa podía ser reusada tantas veces fuese necesario, era una suerte de bolsillo para atar. Así reseñó el Museo Victoria y Alberto (VAM) en una exposición relacionada en Londres:
“Los bolsillos para atar eran opciones muy prácticas para las mujeres con mucha movilidad, ya que les brindaban flexibilidad y comodidad (...) En la sociedad educada, en situaciones formales o cuando se viajaba, los bolsillos normalmente serían invisibles debajo de las enaguas de una mujer, pero para las mujeres que trabajaban solían ser más visibles e inmediatamente accesibles, si se usaban justo debajo de un delantal.”
Estos bolsillos para atar eran grandes, aproximadamente 40 x 30 cm, y las mujeres usaban de a dos y a tres por salida. Es común creer que la desaparición de los bolsillos se debe a la llegada de las carteras, pero la historia parece indicar lo contrario. Por muñecas, diarios y algunos escritos, el VAM intuye que la cartera y los bolsillos de atar coexistieron por algún tiempo.
Los bolsillos de atar eran un espacio donde las mujeres guardaban posesiones preciadas como dinero, llaves, cartas de amor, fotos, etc. Al llegar a casa, muchas se los quitaban y los guardaban debajo de sus almohadas para mantenerlos seguros.
Para las mujeres, “la portabilidad de los bolsillos permitió una mayor libertad e independencia, y proporcionó seguridad y ocultación para objetos de valor y objetos de valor sentimental”, explicó el VAM.
Todo cambió a fines del siglo XIX, cuando la era victoriana hizo que la moda femenina mutara a faldas delgadas y cinturas diminutas. Los bolsillos se volvieron más pequeños, más ornamentados, y básicamente inútiles.
Desde ese momento, los bolsillos empezaron a desaparecer de la ropa femenina, pero seguían siendo un estándar en la ropa para hombres. Así escribió el portal inglés The Spectator:
“Los registros muestran que la ausencia de bolsillos era una gran desventaja para las mujeres y una de las razones por las que la superioridad masculina se mantuvo tan firmemente. La Cyclopaedia of Costume de James Robinson Planché (1879) calificó la adopción de pantalones como un signo de triunfo cultural del "norte sobre el sur, protestantes sobre católicos, ángulo sobre celtas" y, de hecho, hombres sobre mujeres. (...) Es posible que a las mujeres se les hayan dado bolsillos internos, pero también se les negaron. Se argumentó que ya tenían cuatro protuberancias externas, dos senos y dos caderas, y un bolsillo para dinero dentro de su vestido sería un quinto desgarbado”.
La llegada de las retículas.
Las “retículas” - la versión beta de las carteras - se volvieron más populares. Eran una especie de bolsa pequeña diseñada para mostrarse, se ajustaba a la cadera con alfileres o pequeñas puntadas de hilo. “Su delicadeza era un símbolo de estatus en sí mismo que indicaba una vida de ocio y un marido que manejaba las finanzas,” explicó la página web Today.
Las retículas no eran suficientemente grandes. Eso dejaba a las mujeres con dos opciones: dejar sus cosas en casa; o darle sus pertenencias a los hombres que las acompañaban que sí tenían bolsillos cosidos en su ropa.
Esto simbolizaba que el que tenía las cosas, tenía el poder. Si una mujer quería regresar a su casa o comprar algo se veía obligada a pedirle a un hombre que le diera sus llaves o su dinero. Sus decisiones empezaron a pasar por alguien más y las mujeres comenzaron a perder algunas libertades.
Durante el mismo siglo, la ropa de mujer empezó a tener bolsillos integrados, pero eran diminutos en comparación con los de los hombres.
En esa época era común que los hombres trabajaran y las mujeres se quedaran en casa a cargo de los niños y el cuidado del hogar. Aunado a eso y a otras limitaciones. Las mujeres empezaron a sospechar de que los hombres querían quitarles poder.
La revolución.
“En 1891, The Rational Dress Society luchó para que las mujeres usaran ropa cómoda y saludable. Empezaron a promocionar pantalones con bolsillos para mujeres. Incluso la famosa ícono de la moda Coco Chanel, intervino y comenzó a coser bolsillos en las chaquetas de sus mujeres.” Reseñó Krystal Lake.
A principios de los 1900, cuando las mujeres se rebelaron para poder usar pantalones - sí, también se tuvo que luchar por tener tela entre las piernas - los bolsillos volvieron.
Y luego llegaron las guerras. Durante la primera y segunda guerra mundial, mientras los hombres luchaban en nombre de sus países, las mujeres tomaron los puestos de trabajo a los que usualmente no tenían acceso. Con la llegada masiva de las mujeres a la fuerza laboral, las tiendas empezaron a vender ropa de mujer útil para el trabajo. Eso incluía pantalones y bolsillos reales.
Si en algún momento los tuvimos, ¿por qué volvieron a desaparecer los bolsillos de la ropa de mujer?
Porque los medios nos quisieron flacas, y los bolsillos representaban un bulto indeseado. Christian Dior le dijo a Paul Johnson en 1954: “Los hombres tienen bolsillos para guardar cosas, las mujeres por decoración”.
Cuando los hombres volvieron de la guerra, la forma en cómo las mujeres se vestían fue cambiando. Si ahora ellos tenían que aceptar que las mujeres usaran pantalones, tenían que ser distintos. Ergo, los pantalones eran mucho más ajustados al cuerpo. Al tener pantalones ajustados, no había lugar para bolsillos que dañaran la figura. Como si el valor de una mujer recayera en su figura y su forma de vestir.
Luego, entre los setenta y ochenta, se puso de moda que las mujeres usaran ropa de hombre o similar a la de los varones, pero volvieron a desaparecer en los noventa con el boom de las carteras de diseñador y los pantalones a la cadera - que no dejaban lugar para los bolsillos, ni para la dignidad.
¿Qué pasa ahora?
Si bien es posible encontrar ropa de mujeres con bolsillos útiles en el 2022. No es suficiente. Queremos bolsillos reales en todas nuestras prendas. Faldas, vestidos, pantalones, shorts. Y queremos que nuestro celular quepa en ellos.
Si vemos la historia, exigir por bolsillos utilitarios, más que una queja superficial, es una lucha por la igualdad y la deconstrucción de los roles de género.
Así que cada vez que compres un pantalón con bolsillos útiles, piensa no solo que le haces un bien a tu espalda al no cargar tanto peso en una cartera, sino que también, celebras que el sexismo perdió esa batalla.
Bueno, llegamos al final. Gracias por leerme, espero que hayan aprendido algo. Si fue así, recomiéndenlo, déjenme saber en los comentarios qué quieren que explique en los próximos artículos, o invítenme una birra si les gustó mucho.
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